Por ello, entendemos que es natural que el deseo sexual tarde en volver después del parto. Hay además, otros factores frecuentes, que también influyen en la falta o la reducción de líbido en la mujer:
Secuelas del parto: Dolor o molestia por la episotomía, prolapsos, hemorroides, desgarros...
Temor al dolor en el coito: El propio rechazo que nos produce haber mantenido un coito doloroso es suficiente para que no estemos predispuestas al sexo con penetración.
Estrés, cansancio físico y/o mental: El agotamiento que genera cuidar de un recién nacido, con la falta de sueño, el cansancio que provoca la atención total y el cuidado hacia otro ser humano, ayuda a que estemos tan cansados que no deseemos tener relaciones.
Falta de tiempo: El tiempo que dedicábamos a nuestra pareja probablemente ya no sea el mismo y los encuentros sexuales sencillamente no se propician. También podemos no tener tiempo suficiente para relajarnos y para tener relaciones sexuales que no tengamos que interrumpir para cuidar al bebé.

Algunos consejos
Que la pareja de la mamá entienda y respete todos estos cambios que influyen en la madre, es esencial. Entender también que la mujer probablemente sigue necesitando del amor de su compañero, puede, que más que nunca, aunque no desee tener sexo, es algo que probablemente, unirá más a la pareja.

En el periodo de lactancia se aconseja usar lubricación para combatir la sequedad vaginal.
Los cambios físicos que supone un embarazo y la falta de tiempo de la mujer para cuidarse, pueden suponer que esta no se sienta atractiva y no se sienta cómoda en las relaciones íntimas. Favorecer el autocuidado físico mediante ejercicio o hábitos saludables, o simplemente tener tu espacio para hacer aquello que te haga sentir mejor físicamente, puede ser la clave de ir poco a poco sintiéndonos mejor con nuestro propio cuerpo.
Unido al bienestar físico va el bienestar interior y es que, la ansiedad, el cansancio mental, la frustración...pueden combatirse con ejercicio físico adecuado a nuestro caso, que nos ayudará a regular y gestionar mejor el estrés que supone la crianza. Ya sea en nuestra propia casa o mejor aún en centros o espacios espacios donde impartan disciplinas como el pilates postparto, el yoga, la natación...etc. que además si lo deseamos, podamos llevar a nuestro bebé y entrar en contacto con otras madres, es muy positivo.
En casos de molestia en las relaciones, es preferible posponer la penetración. La sexualidad es muy amplia y no tiene que incluir el coito obligatoriamente. Favorecer la intimidad con masajes, caricias, besos..ayudará a la pareja a compartir ese momento a solas que necesitan ya que la sexualidad no solo es genitalidad.