miércoles, 24 de septiembre de 2014

Cuando dar de mamar al bebé duele

 

Tratamiento de la mastitis en la lactancia materna

Establecer una lactancia materna correcta evita muchos problemas y dolores. En ocasiones, cuando dar de mamar al bebé duele, la mamá lactante y su bebé pueden sentirse frustrados.  Y es que existen algunos dolores en el pezón que son muy desconcertantes, ya que pueden estar acompañados o no por grietas, con eritema (rojo) y edema (inflamado) o con pezones que, a simple vista, están sanos. Además no mejoran con una posición óptima de la boca del bebé con respecto al pecho.
Suele coincidir con el reflejo de eyección (salida de la leche materna), y podemos notar como nuestro bebé no mama a gusto, está más irritable y succiona con cierta desazón. Incluso el bebé puede llegar a rechazar el pecho más afectado, ya que muchas infecciones alteran el sabor de la leche, volviendola más salada.

La mastitis no implica tener que abandonar la lactancia

Lactancia materna
Esto puede frustrar a las madres y muchos profesionales podemos dar consejos contradictorios. Es importante hacer una buena anamnesis: descripción del dolor, factores que lo agravan o mejoran, si ha tomado algún tratamiento oral o tópico para otros problemas, o para intentar paliar el dolor.
En la leche de la mujer conviven múltiples bacterias en armonía, sin embargo, en determinadas situaciones, una de ellas puede multiplicarse de manera excesiva, alterando la flora existente. Si esto ocurre, se trata de una infección. Las manifestaciones de la infección en el pecho materno son diversas: una, es como sensación de quemazón, dolor intenso y pinchazos al amamantar (parece como si nos clavaran alfileres hacia dentro del pecho), y la otra, puede generar un cuadro agudo, con fiebre muy alta y una zona roja, caliente y dolorosa en uno de los cuadrantes del pecho. Ambas situaciones son diferentes manifestaciones de mastitis, pero la primera es la que más confusión suele crear.
Hasta ahora, se solía hacer un diagnóstico de cándida (hongos), cuando la madre acudía a la consulta de la matrona o el ginecólogo y se prescribían antifúngicos tópicos a la madre y al bebé, y en casos resistentes también antifúngicos orales a la mamá. Sin embargo, recientes estudios han visto que este tratamiento empírico no es correcto, ya que la leche materna no es un buen medio para el crecimiento de este hongo; y en muy pocos casos lo aislaremos.
Es preciso un cultivo de leche para determinar cuál es el mejor tratamiento. Es España no está extendida esta forma de actuar, aunque en algunas comunidades, como Cataluña y Asturias, se está trabajando para implementar un protocolo adecuado desde la sanidad pública.

Consejos para aliviar el dolor en la lactancia

1. Usar discos aireadores. Si se usa una pomada antibiótica, procura que ésta permanezca más tiempo en la piel del pezón. Así también evitará el roce y el arrancamiento de costras al retirar los discos absorbentes. También existen a la venta en farmacias discos protectores de hidrogel para pezones dañados que pueden ser de utilidad en estos casos.
2. Técnica de la compresión del pecho. De esta manera, conseguimos que el bebé ingiera más cantidad de leche en menos tiempo. 
3. Lactancia diferida (temporal). Si el dolor es tan importante que no puedes consentir la succión del niño,  preferiblemente con un método que no sea el biberón para prevenir dificultades de agarre debido a un síndrome de confusión tetina-pezón.
4. Una pezonera de tamaño adecuado puede ayudar a algunas madres con pezón plano o corto cuyos hijos tienen anquiloglosia o retrognatia, pues se alarga el pezón y el roce en el punto S (donde se junta el paladar duro con el blando), favoreciendo así una succión más eficaz.
5. Si hay infección evita aplicar la propia leche para curar los pezones, ya que en presencia de infección puede resultar contraproducente. Lavar muy bien las manos antes y después de amamantarCambiar a menudo los discos empapadores.Tomar alimentos fermentados como chucrut (col alemana fermentada), quesos muy curados (parmesano y similares), kéfir y encurtidos (pepinillos en vinagre, pickles, etcétera). La vitamina C puede ayudar a fortalecer las defensas de tejidos y mucosas. 
Una vez obtenido el resultado, el médico indicará el tratamiento adecuado, y el tiempo y forma de aplicación. La mastitis suele tratarse de antibióticos y no es preciso abandonar la lactancia en ningún caso. La administración a la madre de probióticos como lactobacilos en el caso de infecciones leves y moderadas funciona (aunque de forma más lenta), tomados tres veces al día. Los efectos se notan a partir de una o dos semanas de administración. 
También es posible tratar estas afecciones con extracto de semilla de pomelo en cápsulas, a la venta en farmacias y herbolarios. Pero este tratamiento tiene ciertas limitaciones: no hay pruebas científicas publicadas sobre su eficacia, sólo parece funcionar en infecciones leves o moderadas y a largo plazo, cuando se llevan más de dos semanas de tratamiento

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